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  • Yo no sé por qué mi Dios
    le regala con largueza
    sombrero con tanta cinta
    a quien no tiene cabeza.
    Adónde va el buey que no are,
    responde con prontitud,
    si no tenéis la contesta
    prepárate el ataud.
    Vale más en este mundo
    ser limpio de sentimientos,
    muchos van con ropa blanca
    y Dios me libre por dentro.
    Yo te di mi corazón,
    devuélvemelo enseguida,
    a tiempo me he dado cuenta
    que vos no lo merecías.
    Hay que medir el silencio,
    hay que medir las palabras,
    sin quedarse ni pasarse
    medio a medio de la raya.
    Yo suspiro por un Pedro,
    cómo no he de suspirar,
    si me ha entregado la llave
    de todo lo celestial.
    Y vos me diste el secreto
    de chapa sin cerradura,
    como quien dice la llave
    del tarro de la basura.
    Déjate de corcoveos,
    que no nací pa´jinete,
    me sobran los Valentinos,
    los Gardeles y Negretes.
    Al pasito por las piedras
    cuidado con los juanetes,
    que aquí no ha nacido nadie
    con una estrella en la frente.
    Discreto, fino y sencillo
    son joyas resplandecientes
    con las que el hombre que es hombre
    se luce decentemente.
    Alberto dijo me llamo,
    contestó lindo sonido,
    más para llamarse Alberto
    hay que ser bien "albertío".
  • Yo no sé por qué mi Dios
    le regala con largueza
    sombrero con tanta cinta
    a quien no tiene cabeza.
    Adónde va el buey que no are,
    responde con prontitud,
    si no tenéis la contesta
    prepárate el ataud.
    Vale más en este mundo
    ser limpio de sentimientos,
    muchos van con ropa blanca
    y Dios me libre por dentro.
    Yo te di mi corazón,
    devuélvemelo enseguida,
    a tiempo me he dado cuenta
    que vos no lo merecías.
    Hay que medir el silencio,
    hay que medir las palabras,
    sin quedarse ni pasarse
    medio a medio de la raya.
    Yo suspiro por un Pedro,
    cómo no he de suspirar,
    si me ha entregado la llave
    de todo lo celestial.
    Y vos me diste el secreto
    de chapa sin cerradura,
    como quien dice la llave
    del tarro de la basura.
    Déjate de corcoveos,
    que no nací pa´jinete,
    me sobran los Valentinos,
    los Gardeles y Negretes.
    Al pasito por las piedras
    cuidado con los juanetes,
    que aquí no ha nacido nadie
    con una estrella en la frente.
    Discreto, fino y sencillo
    son joyas resplandecientes
    con las que el hombre que es hombre
    se luce decentemente.
    Alberto dijo me llamo,
    contestó lindo sonido,
    más para llamarse Alberto
    hay que ser bien "albertío".